«Diseñar(se): del yo al planeta.

De una vez: la urgencia de imaginar otro futuro».

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Diseñar(se) es reconocer que toda creación transforma tanto al mundo como a quien la crea. Desde la conciencia del yo hasta la responsabilidad por el planeta, Tijuana Design Week 2026 propone el diseño como una práctica de cuidado, empatía y regeneración.

En esta edición concebimos el acto de diseñar no como un proceso de producción, sino como una forma de relación. Diseñar es cuidar. Cuidar los vínculos, los materiales, los ecosistemas, las historias y los afectos que sostienen la vida. Esta visión surge de una necesidad urgente: repensar las prácticas creativas desde la responsabilidad, la sensibilidad y la interdependencia.

«Diseñar es cuidar. Es preguntarse qué planeta estamos construyendo con cada decisión».

Inspirados por Bruno Latour —y su visión del diseño como práctica relacional donde humanos, objetos y sistemas se ensamblan para sostener la vida—, así como por los textos The Responsible Object y The Auto-Ethnographic Turn in Design, y la iniciativa Design for Planet , este enfoque plantea un giro ético y emocional en la forma en que entendemos el diseño.

Latour, a través de la Teoría del Actor-Red (ANT), nos invita a comprender que todo diseño emerge de una red de relaciones donde humanos, objetos, instituciones y entornos co-producen el mundo. Diseñar es ensamblar relaciones entre humanos, no humanos, sistemas materiales y simbólicos. Abandonar la idea de separación: el yo, el objeto y el mundo son uno mismo en movimiento. La acción de diseñar es un acto de composición, no de dominio: un gesto que reconoce que cada intervención modifica la red de la que forma parte.

«Diseñar es cuidar el entramado del que uno mismo forma parte.»

Sin embargo, no se trata únicamente de incorporar referencias teóricas europeas o globales, sino de releerlas desde nuestro propio territorio. Desde Tijuana, una ciudad moldeada por la movilidad, la tensión geopolítica y la mezcla constante de realidades, entendemos que el diseño debe responder a un contexto vivo, complejo y muchas veces desigual.
Por eso, este enfoque no busca replicar modelos, sino reinterpretarlos desde la frontera: desde lo que somos, lo que necesitamos y lo que aún nos duele. Incorporamos las voces, las carencias y las potencias de nuestras comunidades creativas locales y transfronterizas, que a diario diseñan desde la precariedad, la esperanza y la imaginación.

Desde el norte de México, donde las fronteras materiales y simbólicas son parte de la cotidianidad, Tijuana Design Week 2026 invita a imaginar futuros donde el diseño se convierta en una práctica regenerativa: capaz de reparar lo dañado, reconectar lo fragmentado y reimaginar lo posible.

Diseñar(se) implica observarse, cuestionarse y transformarse. Es asumir que cada proceso de diseño —desde un objeto hasta una narrativa o una experiencia— tiene un impacto que trasciende su función inmediata. Es reconocer que cada decisión proyecta un mundo. Es decir, estamos hablando de la dimensión ética, simbólica y política del diseño.
Significa que diseñar no solo produce objetos o experiencias, sino que modela realidades posibles: modos de habitar, de relacionarse, de consumir, de pensar.

En otras palabras: cada elección —de material, de forma, de mensaje, de proceso, de narrativa— refleja una visión del mundo: qué consideramos importante, qué vidas valoramos, qué futuro imaginamos. Por ejemplo, decidir usar materiales regenerativos en lugar de plásticos desechables no solo cambia un objeto: proyecta una manera distinta de estar en el planeta.
Diseñar una app inclusiva o un espacio accesible proyecta un mundo donde la equidad y la empatía importan. Incluso lo que dejamos fuera del diseño —lo que decidimos no mostrar o no producir— también proyecta un mundo, porque define qué historias quedan invisibles. Así que la frase quiere decir que diseñar es siempre un acto de proyección cultural y ética, donde cada decisión concreta contribuye a dibujar el tipo de futuro que imaginamos o permitimos.

Porque todo diseño encarna valores, sistemas y deseos. Ningún diseño es neutral: cada elección técnica o estética refleja una ética del hacer. Por eso, la invitación de Tijuana Design Week 2026 es a imaginar otro futuro —no como un ideal distante, sino como una práctica diaria que empieza en el yo y se expande hacia el planeta.

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